Unidad Básica
El peronismo se acabó en 1955. Fue una circunstancia y un contexto histórico único e irrepetible. Fue como la revolución. Pero en serio. Como consecuencia de la crisis mundial de la posguerra. La Segunda Guerra Mundial. Emergió la oportunidad, la condición objetiva, y se dio. Lo que vino después nunca fue (o pudo ser) peronismo. Era otro mundo. Otra circunstancia. Fue peronistas. Quedaron los peronistas. No el peronismo.
Los peronistas en nombre de un peronismo que ya no volvería a existir jamás. Que entonces paradojalmente construyeron una formidable maquinaria de organizaciones y microorganizaciones políticas, sociales y culturales. Una máquina ambiciosa. Ambiciosa de poder. Y exitosa. Que sostuvo su cohesión ideológica reivindicando parte de eso mitológico que había sido el peronismo, el rol del Estado, la organización de la clase obrera, las conquistas sociales, el perfil nacionalista y de integración latinoamericana. La integración social. La distribución del ingreso. La industria nacional y su perfil productivo. La educación y la salud pública. Y así siguiendo y siguiendo… En partículas elementales. Como narrativa de representación e identificación de los sectores populares. Como núcleo ético-mítico.
Pero eran partículas elementales y suspensivas. Suficientes para acceder (y mantener) el Poder. Pero no para recomenzar la gesta revolucionaria planteada en el período 1945-1955. Solo importa el Poder. Desde 1955. Ya no hay posibilidad alguna de revolución. O de insubordinación fundante frente a los Poderes verdaderos, como sostiene Gullo Omodeo.
El kirchnerismo, a su vez, se acabó en 2015. Fue también una circunstancia y un contexto histórico único e irrepetible. El crack formidable del 2001 y la terrible crisis terminal del sistema político lo parieron como emergente político, social y cultural. Lo que vino después de 2015 nunca fue (o pudo volver a ser) kirchnerismo. Fue kirchneristas. Sólo kirchneristas. El contexto histórico era absolutamente otro. La sociedad y las subjetividades habían cambiado radicalmente en esos 12 años y el contexto internacional, económico y financiero era otro. Quedaron los kirchneristas. No el kirchnerismo. Sin perder de vista que el kirchnerismo nunca fue peronismo, sino la partícula elemental que más se acercó al núcleo ético mítico desde 1955.
Comentarios
Publicar un comentario